Dolor
por Camilo
Desde mi dolor, y en el lodo,
toda una década en la boca del lobo.
Me tendrá que ayudar Dios,
porque ya no hay yodo
que, con el paso de los días,
borre las marcas del lloro.
Y mi única tenaz confianza
ha sido ser fiel como lo es el lodo a mis tobillos,
o las balas al gatillo,
o el fracaso al intento que le precede.
La vida es una fuga que sentimos,
un pecado oculto que construimos.
Ladrillo a ladrillo pinté mi filosofía con carboncillo,
porque las acuarelas eran borradas
por efímeros destellos de luz.
Tormento infinito que guarda un odio divino,
descanso de otro día de vagancia,
cama que golpea y no quita mis ansias.
Penas que me aquejan: enfermedad mortal.
Odio de lo vivido que espera la muerte y su destino.
Dolor inmenso de un espectro sin cuerpo y con presencia,
que se alimenta de lo divino y su ausencia.
Estoy rojo por dentro,
el carmesí de mi sangre hierve y me consume por dentro.
Hay brisas y risas afuera,
me dan aliento,
mas no logro consuelo.
Caigo otra vez al suelo,
mi garganta se queda seca,
el lloro se intensifica
mientras la sinfónica llega al final,
al borde de mi vida.
Dolor inmenso, intangible,
visible en los ojos intransitables de paz.
Jódanse.
Comentarios
Publicar un comentario