Me quedé dormido escuchando música clásica y mi espalda estaba sudada Aunque algo plácida hasta que desperté en lo que parecía ser una tierra Árida mis pensamientos eran incierto, como ciervo buscando agua en un desierto — Ayer murieron cientos— pense, —Quizas sea el último hombre vivo en este momento y cuando esas palabras pronuncie el espíritu de un viejo hombre invoque, me levanté del seco terreno mirando a lo lejos mirando a la figura demoníaca Que viene de lo lejos me encorve otra vez esperando que tuviera misericordia como si fuese yo el prototipo de alguna Alma piadosa pero mi alma era tan caprichosa que me dijo:
Derrama tu sangre y escribiré con ella una nueva prosa.
De esa manera pude proseguir y asi el dolor de mi conciencia pude reducir mis uñas introduci en mi carne hasta dar gritos de mujer intentando ser consolada por su partera porque mis uñas era como las garras de una joven pantera, me despedí del demonio que vi y de aquél paisaje vil Gracias a que mi muerte personal me saco de ahí.
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