Catorce de febrero, estupendo.
Hay regalos en tus ojos y dulces en tu acento y quizás un un par de ramas colombiana en las palmas de tus mano, ¿Cómo es que le llaman?, Si flores así es que tú le llamas.
Catorce de febrero, estupendo.
Enamorados recorren el pueblo completo,
Enamorados sellan su pacto en orgasmos lentos, borrachos sintiendo la plenitud de no sentir nada, más que la plenitud de no sentir nada y monjas en el convento recuerdan amores viejos, pero yo no lo siento.
Por cosas del amor no creo casi en Dios y por cosas de Dios no creo casi en el amor.
¡Por otro maldito y estupendo catorce de febrero!
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